Pasaporte a una rica experiencia con una buena sugerencia
Mi esposo JC y yo, pasamos nuestra “luna de miel”, en Barcelona y nos encontramos hambrientos después de mucho caminar por esta fascinante ciudad de España adornada por la creativa obra arquitectónica de Gaudí. Hambrientos y sin saber a donde ir, una y otra vez la sugerencia de los locales mas constante fue, la de ir a la Cervecería Catalana; así que nos dispusimos a caminar y después de poner un pie frente al otro después de unos 15 minutos más o menos desde Plaza Cataluña, nos encontramos justo en frente de este fascinante lugar.
La experiencia gastronómica fue deliciosa y fuera de todo lo que conocíamos antes. Hay tapas de toda clase y para todo tipo de gustos. Mi esposo que es vegetariano y también estuvo más que satisfecho de su variedad y magníficos sabores. El lugar es verdaderamente exquisito.
El estar sentados en el bar no solo nos dio la mejor vista del lugar, sino que también nos permitió sentir los aromas de las tapas que iríamos a comer, ya que se prepararon frente a nuestros propios ojos. La atención fue maravillosa, no solo fuimos recibidos por Beydy, sino que fuimos guiados por ella, en cuanto a qué consumir, ya que nuestro conocimiento de la diversidad de tapas existentes en la cervecería y los nombres que localmente reciben ellas eran desconocidos para nosotros en su mayoría.
Rasti, tras el bar de tapas calientes, nos fue de mucha ayuda, en cuanto a qué probar en nuestra aventura, no solo de tapas sino también de licores. Las sugerencias llevaron a mi esposo a describir, que había encontrado una nueva cerveza favorita. Una cerveza catalana, cuyo nombre es Voll Damm, que se fabrica con doble malta, y un alto contenido de alcohol.